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¿A dónde van los recuerdos?
En la Universidad de Boston se viene realizando una serie de investigaciones a través de las cuales se supo que los recuerdos que tenemos son consecuencia de una fórmula matemática y mediante ella se comunican las células nerviosas, dejando de ver la capacidad de recordar como una mera secuencia lineal de actos.
El fin de estos estudios es saber la forma en quedan fijados los recuerdos en el cerebro humano. El encargado de dirigir este proyecto es Joez Tsien, quien por el año 1999 tuvo sus primeros indicios cuando descubrió que un ratón de laboratorio que fue mejorado genéticamente contaba con la capacidad de recordar por más tiempo que un ratón común.
Este hecho fue el disparador para continuar investigando acerca de la forma en que trabaja el ‘proceso mnemotécnico’. Para poder continuar con el proyecto era necesario mejorar los equipos ya que si bien podían ser investigados los cerebros de los monos, en el caso de los ratones se complicaba. Pero como era de esperar siguieron trabajando duro.
Luego de varias pruebas y con la valiosa colaboración de Longnian Lin se colocaron electrodos muy chiquitos en el cerebro de los ratones y se empezaron a grabar la actividad de mayor número de neuronas. Estos ratoncitos eran puestos en diferentes situaciones de estrés para ver que efecto tenían estos hechos en su cerebro y se comprobó que las malas experiencias dejan huellas en la memoria que eran difíciles de borrar. Para poder retener los malos recuerdos el cerebro necesita el trabajo de muchas células.
Para llevar adelante la experiencia de los ratones fueron puestos a prueba a siete episodios separados por dos recreos. Se supo que las neuronas se activaban en lo que denominaron ‘pandillas neuronales’ o ‘neural cliques’ que se iban activando de a grupos. Cada una de estas ‘pandillas’ cuenta con la capacidad de guardar diferentes aspectos vinculados a un recuerdo y conservando una serie de detalles concretos.
“Las observaciones apoyan la idea de que la organización jerárquica y por categorías constituye un principio universal dentro del nuestro cerebro” anunció Tsien. En lo que se refiere a la memoria se pueden crear tantos patrones como experiencias tengamos en nuestra vida.
El siguiente paso es poder diseñar un nuevo tipo de ordenador y redes que cuenten con sensores y una estructura parecida al hipocampo del cerebro humano. “Si se pudiera registrar en forma simultanea a la actividad de muchas neuronas, se podría leer los pensamientos de la gente”. Esto, entre otros benéficos permitirían generar adelantos en el campo de la medicina ayudado a ver si un enfermo de Alzheimer, por ejemplo, cuenta aun con la capacidad de comprender un dialogo habiendo perdido ya la capacidad de hablar.
Fuente: Revista Muy Interesante Número 275
Imagen: semana.com