Los videojuegos ya no son lo que eran

Hoy en día los dispositivos portátiles tienen una aceptación total: el mundo ha cambiado, la gente ha cambiado y también los teléfonos.

Qué cambio influyó en el otro es materia de estudio sociológico, lo que está claro es que un teléfono móvil ya no tiene una única función ni cumple solo con nuestra necesidad de estar comunicados a toda hora y en cualquier lugar.

Ahora, un teléfono puede ser usado para sacar fotos, pagar, tomar un autobús o un avión, escuchar música, mirar una serie, leer un libro o jugar.

Sin duda alguna, la aceptación que tienen estos dispositivos se debe a su versatilidad, fruto de los últimos avances tecnológicos.

En el campo de los videojuegos para móviles, el tema de este artículo, la oferta se ha acrecentado y hoy es muy amplia. Podemos incluso hablar de tipos de videojuegos: juegos de estrategia, gestión, deportes, carreras, comandos militares, juegos que carecen de una historia, juegos desarrollados por grandes compañías o apoyados por el crowdfunding.

En este panorama también irrumpieron, desde hace muy poco tiempo, los juegos de casino para móvil.

¿Te imaginas jugando a la ruleta desde la tumbona en la playa? Pues ya es una realidad. Si la ruleta no te gusta, también puedes probar tu suerte en las tragamonedas, el bingo o juegos de naipes clásicos, como blackjack, póker o baccarat.

Los casinos gratis para jugar lo ponen cada día más fácil para poder jugar desde donde queramos. Pero jugar desde el teléfono o la tableta tiene, como todo, sus ventajas y sus inconvenientes.

Por un lado, además de poder jugar desde cualquier lugar y en cualquier momento, muchos casinos ofrecen mejores bonos solo a quienes prefieren jugar desde su teléfono o tableta o a quienes descargan sus aplicaciones.

En ese sentido, la ventaja del teléfono es que nos permite estar al corriente de lo último que ocurre en las redes sociales, que aprovechan los casinos para promocionar sus ofertas.

Sin embargo, el inconveniente de jugar desde un móvil o una tableta es que no todas las modalidades de juego están disponibles para todos los sistemas operativos, aunque los desarrolladores de software están trabajando de forma activa en soluciones que sin duda alguna aparecerán más pronto que tarde.

La popularidad de los videojuegos se ha consolidado de la mano de los dispositivos portátiles, y lo ha hecho de una manera que parece que nuestro espíritu lúdico se haya refundado. No es para menos, hoy la industria de los videojuegos mueve tanto dinero como la industria del cine y la de la música juntas. Pero la popularidad y la oferta de los videojuegos no solo potencian nuestro espíritu lúdico. Muchos juegos fomentan también el trabajo en equipo, la solidaridad o la autoestima: basta con hacer una búsqueda de juegos desarrollados de forma independiente a través del financiamiento público para encontrar muchos de ellos.

Atrás quedan los días en que jugar era un mero placer hedonista, hoy puede también tener una función utilitaria, como integrar en un grupo de amigos a una persona solitaria o ganar dinero de forma regular todos los meses.