Hay lugares en la tierra que por diversas situaciones, en la actualidad ostentan un rechazo de los posibles visitantes por sus “oscuras” historias.
Quizás solo la Chernobyl, las islas Izu en Japón o la Iglesia de Santa María de Sion, tengan el misterio de la isla italiana de Poveglia, situada entre Venecia y Lido en la Laguna de Venecia.
Fue un pequeño estado italiano, el cual albergaba un convento, pero la peste que se propagó durante la Edad Media acabó con esta isla. Cada infectado, sospechoso de poder estarlo o cualquier fallecido por esta enfermedad era llevado a Poveglia. Los moribundos se confundían con los cuerpos sin vida que eran arrojados, por los guardias venecianos, a ingentes fosas que posteriormente “purificaban” quemándolas. Durante todas las grandes plagas posteriores se actuó del mismo modo en la isla, de ahí su apodo de La isla de los muertos (se estima que más de 1.000.000 de seres humanos pasaron y murieron allí).
Luego de los embates de la peste, ningún barco se acercó jamás a la isla sin importar si era turístico o pesquero y de hecho no pescan en sus alrededores porque cuando lo hacían hallaban huesos o restos humanos.
En la década de los años 30 del siglo veinte, en un sincero intento para reactivar el trabajo en la isla, los italianos instalaron una institución sanitaria: un psiquiátrico. Los pacientes contaban historias de fantasmas que tocaban las campanas de la iglesia a medianoche, historias que calaron entre los venecianos. Además el director del manicomio comenzó a experimentar con los pacientes (trepanaciones y lobotomías para agujerear el cerebro) y con todo tipo de torturas. Pero los supuestos fantasmas que moraban en Poveglia también entraron en la mente del director y en su locura se lanzó desde la torre del hospital.
Después de este suceso la isla volvió a quedar vacía y fue cerrada hasta que una familia adinerada la compró. Todavía hoy son los dueños pero desde la lejanía ya que sólo la habitaron durante un día en el que vivieron un extraño suceso, que nunca quisieron desvelar, pero del que su hija salió herida, teniendo que recibir 14 puntos en la cara. Actualmente la familia solo utiliza Poveglia para plantar sus viñedos, pero solo por el día. Todos los que van allí salen atemorizados por los lamentos que escuchan y el extraño ambiente que se respira.
Fuente: El buen dato
Imagen: Wikipedia
