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Que pasaría si te encuentras este¡ botón te dejara con la boca abierta + video
El ser humano es curioso por naturaleza. Por ello resulta muy tentador si paseando por la calle nos encontramos en el suelo con un botón luminoso de gran tamaño destinado a llamar nuestra atención.
Con estos ingredientes ha desarrollado Microsoft una impactante acción de street marketing para promocionar su nuevo Windows 8. El objetivo era dar a conocer los ‘Live Tiles’, una nueva funcionalidad del sistema operativo que otorga un papel muy importante a la música.
The Live Tile Experiment Una acción de marketing de Microsoft en Oslo dejó a sus peatones alucinados. Cuando alguien pisaba un botón luminoso, una pared se caía dejando al descubierto una gran fiesta. Lo mismo que ocurre cuando se pulsa el botón del Live Tile musical de Windows 8.
La espectacular puesta en escena consistió en colocar una falsa pared entre dos edificios de Oslo, creando un espacio en el que simularon un multitudinario concierto. Para ello contaron con la ayuda de la banda Noruega Datarock y de decenas de actores que se hicieron pasar por un enfervorecido público.
Unas ventanas colocadas estratégicamente permitían que la fiesta se viera desde la calle, atrayendo a muchos curiosos. Pero el verdadero gancho fue la colocación del mencionado botón luminoso en el suelo. Cuando alguien se colocaba encima ocurría algo que jamás podría haberse imaginado…
La falsa pared del recinto se venía abajo, dando un susto de muerte al protagonista que salía ileso gracias al hueco de la ventana. En ese momento el concierto se desparramaba por la ciudad, los asistentes corrían alocados por la calle y la ciudad se llenaba de alegría y música. Es decir, una analogía de lo que ocurre cuando alguien pulsa el botón del ‘Live Tile’ musical en el Windows 8.
Como era de esperar, los participantes en la acción se quedaban boquiabiertos al ver la situación que habían desencadenado. Sus reacciones recuerdan a las generadas por el canal de televisión TNT con su laureada acción en las calles de la pequeña localidad belga de Aarschot. Allí, otro ‘mágico’ botón era el causante de que todo un pueblo enloqueciera y se vivieran escenas típicas de películas de acción.