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Científica sugieren que ver pornografía en realidad podría apagar ciertas zonas del cerebro
Hace muchas generaciones que las madres le dicen todo tipo de cosas a sus hijos sobre la auto-satisfacción del deseo sexual y los materiales de contenido sexual explícito. Muchas de ellas realmente graciosas, desde que les podría llegar a salir vello en las manos hasta que incluso podrían quedar ciegos. Si, es terriblemente gracioso, pero, ¿habrá algo de cierto en lo que decía mamá?
Pues ¡atención! Hay algo de cierto en la disparatada advertencia de mamá. Una investigación científica realizada en Holanda sugiere que ver pornografía en realidad podría apagar ciertas zonas del cerebro que trabajan con los estímulos visuales.
Hoy te invitamos a conocer por que ver pornografía realmente puede cegarte, sobre todo en las mujeres que por cierto, sí ven pornografía.
¿Qué pasa mientras ves pornografía?
Mientras crees estar relajado simplemente viendo una película, esta actividad en realidad puede involucrar un intenso trabajo relacionado con la visión, ya que se debe enviar un flujo de sangre extra a las zonas del cerebro involucradas en el proceso. Pero en realidad ver películas pornográficas disminuye el trabajo en las partes del cerebro relacionadas con la percepción y la interpretación de los estímulos visuales.
Mientras se ve una película con contenido sexual explícito, el flujo de sangre parecería desviarse de estas regiones probablemente hacia zonas inferiores más involucradas al proceso de excitación.
Varios de estos aspectos fueron analizados por el investigador y neurólogo Dr.Gert Holstege de la Central Médica en la Universidad de Groningen en Holanda, donde se llevaron a cabo experiencias con una docena de mujeres para analizar la situación.
La investigación científica
Holstage analizó mediante un escaneo cerebral la corteza visual primaria de 12 saludables mujeres heterosexuales pre-menopáusicas, cada una de ellas bajo un régimen de control con anticonceptivos hormonales, eliminando así cualquier posible cambio en los deseos sexuales y la excitación relacionados con los ciclos menstruales.
Mientras se analizaban los cerebros con tomografías por emisión de positrones, los investigadores les mostraron 3 vídeos distintos. Uno era un documental sobre la vida marina en el Caribe y otros dos de contenido sexual de dos tipos: uno con escenas de estimulación manual y de una carga erótica y otra de alto contenido explícito, incluyendo coito vaginal y sexo oral.
Al culminar el estudio y analizarse los resultados, se determinó que durante esta última película el cerebro se focaliza en la excitación, disminuyendo considerablemente el flujo de sangre a la corteza visual primaria.
Se estaría produciendo así el mismo efecto que se produce cuando a una persona se le pregunta sobre algo que no requiere del sentido de la vista, como por ejemplo recordar una palabra o algo similar, en contraposición a lo que ocurre normalmente frente a cualquier actividad que incluya la visión (como ver una película estándar), donde un flujo de sangre extra se envía a esta región del cerebro.
Básicamente, mientras se ve pornografía el cerebro considera más importante la excitación que los procesos de visualización.
La ansiedad y la excitación
El Dr. Holstege también logro hacer una conexión entre este hecho y estudios anteriores sobre la ansiedad, dejando un planteamiento bastante interesante.
Según Holstege, el cerebro puede provocar ansiedad, excitación, ninguna de las dos pero nunca ambas al mismo tiempo. El doctor señala que durante un orgasmo, la ansiedad desaparece por completo y que por el contrario, ante la falta de orgasmo, deseo sexual o excitación, la ansiedad se dispara.
Por ello concluye que con este hecho sería posible explicar por qué las mujeres con poca actividad sexual y bajos niveles de deseo se muestran más ansiosas y sobre todo con una capacidad mayor para focalizarse en los detalles visuales y detectar el peligro. De igual forma, estos aspectos estarían dificultando la focalización en la propia excitación.